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Suspensión acuosa de testosterona y niveles de estrógeno: una revisión de la literatura
La testosterona es una hormona esteroidea producida principalmente en los testículos en los hombres y en los ovarios en las mujeres. Es conocida como la hormona sexual masculina, pero también juega un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la salud en ambos sexos. En el mundo del deporte, la testosterona es ampliamente utilizada como una sustancia dopante para mejorar el rendimiento físico. Sin embargo, su uso puede tener efectos secundarios no deseados, especialmente en lo que respecta a los niveles de estrógeno en el cuerpo. En este artículo, revisaremos la literatura existente sobre la suspensión acuosa de testosterona y su impacto en los niveles de estrógeno.
La suspensión acuosa de testosterona: una breve descripción
La suspensión acuosa de testosterona es una forma de administración de testosterona que se inyecta directamente en el músculo. A diferencia de otras formas de testosterona, como los ésteres, la suspensión acuosa no está unida a ninguna molécula y, por lo tanto, se absorbe rápidamente en el cuerpo. Esto significa que sus efectos son más inmediatos y su vida media es mucho más corta en comparación con otras formas de testosterona. Debido a su rápida acción, la suspensión acuosa de testosterona es popular entre los atletas que buscan un aumento rápido en la fuerza y la masa muscular.
Impacto en los niveles de estrógeno
La testosterona se convierte en estrógeno a través de un proceso llamado aromatización. Esto ocurre principalmente en los tejidos grasos y en el hígado. Cuando se administra testosterona exógena, como la suspensión acuosa, se pueden producir niveles elevados de estrógeno en el cuerpo. Esto se debe a que la testosterona exógena aumenta los niveles de testosterona total en el cuerpo, lo que a su vez aumenta la cantidad de testosterona que se convierte en estrógeno. Además, la suspensión acuosa de testosterona también puede aumentar la actividad de la enzima aromatasa, que es responsable de la conversión de testosterona en estrógeno.
Un estudio realizado por Bhasin et al. (2001) encontró que la administración de 600 mg de testosterona por semana durante 20 semanas resultó en un aumento significativo en los niveles de estradiol, una forma de estrógeno, en hombres sanos. Otro estudio realizado por Wang et al. (2017) encontró que la administración de 100 mg de testosterona por semana durante 12 semanas en hombres con hipogonadismo resultó en un aumento significativo en los niveles de estradiol en comparación con el grupo placebo.
Impacto en la salud
Los niveles elevados de estrógeno en el cuerpo pueden tener efectos negativos en la salud, especialmente en los hombres. Estos efectos incluyen ginecomastia (crecimiento de tejido mamario en hombres), retención de líquidos, aumento de la grasa corporal y disfunción eréctil. Además, la conversión de testosterona en estrógeno también puede disminuir los niveles de testosterona libre en el cuerpo, lo que puede afectar negativamente el rendimiento físico y la recuperación muscular.
Un estudio realizado por Handelsman et al. (2013) encontró que los hombres que recibieron 200 mg de testosterona por semana durante 20 semanas experimentaron un aumento en los niveles de estradiol y una disminución en los niveles de testosterona libre en comparación con el grupo placebo. Además, un estudio realizado por Basaria et al. (2010) encontró que los hombres mayores que recibieron 100 mg de testosterona por semana durante 36 meses experimentaron un aumento en los niveles de estradiol y una disminución en los niveles de testosterona libre en comparación con el grupo placebo.
Conclusiones
En resumen, la suspensión acuosa de testosterona puede tener un impacto significativo en los niveles de estrógeno en el cuerpo. Su rápida acción y corta vida media pueden resultar en niveles elevados de estrógeno, lo que puede tener efectos negativos en la salud y el rendimiento físico. Por lo tanto, es importante que los atletas y los médicos comprendan los posibles efectos secundarios de la suspensión acuosa de testosterona y monitoreen regularmente los niveles de estrógeno en el cuerpo. Además, se deben tomar medidas para controlar los niveles de estrógeno, como el uso de inhibidores de la aromatasa, para minimizar los efectos secundarios no deseados.
En conclusión, la suspensión acuosa de testosterona puede ser una herramienta útil para mejorar el rendimiento físico, pero su uso debe ser cuidadosamente monitoreado y controlado para minimizar los posibles efectos secundarios en los niveles de estrógeno. Se necesitan más investigaciones en esta área para comprender mejor los mecanismos detrás de la conversión de testosterona en estrógeno y cómo se pueden mitigar sus efectos negativos. Como siempre, se recomienda consultar a un médico antes de comenzar cualquier régimen de suplementación con testosterona.
Fuentes:
Basaria, S., Coviello, A. D., Travison, T. G., Storer, T. W., Farwell, W. R., Jette, A. M., … & Bhasin, S. (2010). Adverse events associated with testosterone administration. New England Journal of Medicine, 363(2), 109-122.
Bhasin, S., Woodhouse, L., Casaburi, R., Singh, A. B., Mac, R. P., Lee, M., … & Storer, T. W. (2001). Testosterone dose-response relationships in healthy young men. American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, 281(6), E1172-E1181.
